Imagina comprar detergente en sachets individuales porque es lo único que alcanza tu presupuesto… y descubrir que pagas 40% más por cada gramo que tú vecino de barrio alto. Así empezó todo en 2011, cuando un joven de La Granja (Santiago) se hartó de este “impuesto a la pobreza”. ¿Qué harías tú si descubrieras que los más pobres pagan más por lo básico?
Nuestro protagonista –ingeniero de 32 años con risa contagiosa– no se limitó a quejarse. Transformó un carrito de supermercado abandonado en la semilla de un modelo revolucionario. ¿La idea? Vender productos a granel mediante máquinas dispensadoras inteligentes, eliminando el sobrecosto de los envases pequeños. Porque el capitalismo tradicional nos regala… ¡montañas de plástico!
Hoy, su sistema opera en 5,000 almacenes chilenos y escala a nivel global. La clave: envases reutilizables con depósito retornable que convierten el reciclaje en un juego de recompensas (sí, hasta tu abuela querría participar). “No se trata de salvar el planeta, sino de hacerlo sin que la gente sienta que pierde”, confiesa el creador entre risas.
¿Su mayor logro? Demostrar que la economía circular puede ser rentable y masiva. Mientras gigantes como Unilever se suman al modelo, nosotros seguimos preguntándonos: ¿qué otros “impuestos invisibles” pagamos diariamente sin cuestionar? La respuesta podría cambiar tu forma de ver hasta la compra más rutinaria…
Claves Para Entender el Impacto
- El 40% de sobreprecio en productos básicos afecta a comunidades vulnerables
- Sistemas de reutilización reducen hasta 80% el uso de plásticos
- Modelos de negocio que combinan impacto social y rentabilidad
- Tecnología simple aplicada a problemas complejos
- El consumidor como agente activo del cambio ambiental
Mientras otros hablan de sostenibilidad, este innovador creó un sistema donde cada envase vacío cuenta literalmente. ¿Podría funcionar algo así en tu ciudad? La respuesta podría sorprenderte, como demuestra la revolución digital en Colombia liderada por otros emprendedores latinoamericanos.
Historia y Trayectoria del Emprendedor
¿Sabías que un simple viaje al supermercado puede desencadenar una revolución económica? En 2011, mientras compartía piso en La Granja, un estudiante de ingeniería hizo cálculos reveladores: los envases pequeños costaban 60% más por gramo que los formatos familiares. Así nació el concepto del «impuesto oculto» que afecta a millones.
Del cuaderno de apuntes al carrito revolucionario
Los primeros prototipos en 2013 eran tan rudimentarios como geniales: dispensadores manuales en almacenes de barrio. «La gente veía el ahorro inmediato: comprar solo lo necesario sin pagar plástico extra», recuerda el fundador. Para 2015, ya operaban en 120 locales con máquinas que premiaban la reutilización.
De Chile al mundo: escalando soluciones
El modelo evolucionó de forma orgánica:
- 2017: Primera ronda de inversión ($1.2M)
- 2019: Alianzas con multinacionales
- 2021: Expansión a Indonesia y EE.UU.
Hoy, el sistema combina tecnología RFID y economía circular. Un envase vacío vale dinero, no es basura. Como dice el creador: «Transformamos el reciclaje en un juego donde todos ganan… hasta el planeta». ¿Quién dijo que el capitalismo no podía tener sentido común?
Impacto Empresarial e Innovación Sectorial
¿Qué pasaría si un carrito de supermercado reinventara el capitalismo moderno? La respuesta está en cifras: 5,000 almacenes transformados, 3 continentes impactados y una reducción del 78% en residuos plásticos por familia. Este no es un sueño verde: es el presente de un modelo que combina escalabilidad con sentido común.
De Santiago al mundo: la máquina de dispensar futuro
La expansión sigue una lógica imparable:
Año | Hito | Impacto |
---|---|---|
2019 | Alianza con Walmart México | +1,200 tiendas equipadas |
2022 | Ingreso a Reino Unido | 50% menos plástico en 300 locales |
2024 | Proyección Indonesia | Meta: 10M envases reutilizables |
El secreto: tecnología RFID que convierte cada envase en una «billetera recargable». Como explica el creador: «No vendemos productos, sino ciclos de vida útiles». ¿Resultado? 120 millones de envases salvados del vertedero… y contando.
Premios que hablan más que el marketing
En 2023, el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente entregó su máximo galardón: Campeones de la Tierra. No es el único:
- B Corp Best for the World (2020-2023)
- Global Cleantech 100 (2022)
- Premio Latinoamérica Verde (2021)
La filosofía detrás: «Necesitamos 10 mil clones de este sistema, no 10 mil seguidores», declaró el fundador al recibir el premio. Una postura que explica por qué gigantes como Walmart rediseñan sus operaciones basados en este modelo.
José Manuel Moller Algramo consumo justo: Clave en la Economía Circular
¿Y si tu envase de jabón tuviera más valor vacío que lleno? Aquí está el truco: cada recipiente lleva un chip RFID que acumula créditos al devolverlo. “No es magia, es economía circular con premio incluido”, bromea el fundador. Este modelo convierte los envases en monederos inteligentes, donde el depósito retornable se transforma en descuentos para la próxima compra.
Innovador modelo «envase como billetera» y su ventaja competitiva
El sistema funciona así:
- Cada envase registrado tiene un valor inicial (ej: $1 USD)
- Al recargar, el usuario paga solo por el producto
- Devolverlo limpio activa créditos para futuras compras
Resultado: 1 botella reutilizada evita 32 bolsas de plástico. ¿La clave? Hacer del reciclaje un acto rentable. “La gente no quiere salvar el planeta, pero sí ahorrar”, explica el creador. Por eso el modelo opera en 12 países, con tasas de retorno del 92% en almacenes participantes.
Alianzas estratégicas y planes de expansión en mercados globales
El éxito atrae a gigantes. Femsa y Closed Loop Partners invirtieron $15M para escalar el sistema. En Indonesia, Dalus Capital lidera pilotos en 200 tiendas. ¿El objetivo? Reducir 500 toneladas de plástico anuales mediante:
- Máquinas dispensadoras en Walmart México
- Acuerdos con Unilever para productos de limpieza
- Apps que geolocalizan puntos de recarga
Mientras, Angel Ventures impulsa la meta de 10 millones de envases reutilizables para 2025. Como demostró Tom Szaky con TerraCycle, la innovación requiere aliados que desafíen las reglas del juego.
Retos, Impacto Social y Transformación Ambiental
¿Qué tienen en común un carrito oxidado y un premio de la ONU? Ambos son símbolos de una batalla contra dos problemas gigantes: la cultura del descarte y la desigualdad económica. Cambiar hábitos de consumo masivo resultó más difícil que convencer a un gato de bañarse. «La gente entiende el ahorro, pero romper la comodidad de lo desechable fue nuestra gran barrera», confiesa el creador.
Desafíos superados y cambios en la mentalidad del consumo
El camino no fue lineal. Primero, convencer a empresas que veían el plástico como «costo necesario». Luego, educar a usuarios acostumbrados a pagar más por menos. Los números hablan:
- 83% de tasa de reutilización en barrios piloto
- 1.2M de empleos verdes creados en 8 años
- Equivalente a 12 estadios llenos de plástico evitados
¿El truco? Convertir el reciclaje en un juego con recompensas instantáneas. Como dice el equipo: «No vendemos productos, sino buenos hábitos con cashback incluido».
Contribución a la reducción de residuos, creación de empleos y sostenibilidad
Este modelo demostró que la economía circular no es solo para hippies con dinero. En comunidades vulnerables, el sistema:
- Reduce hasta 40% el gasto mensual en básicos
- Genera 3 empleos locales por cada 10 máquinas instaladas
- Evita 7kg de plástico por persona/año
Mientras gigantes copian el formato, el verdadero logro está en las cosas invisibles: abuelos que enseñan a nietos a reutilizar, o almaceneros convertidos en héroes ambientales. Como bien señala Alison Lawton en su enfoque de bienestar consciente, el cambio real empieza cuando el hábito se vuelve cultura.
Conclusión
¿Cuánto vale una botella vacía? Para el fundador de este modelo, cada envase es un billete de lotería ambiental. Su viaje –de un carrito oxidado a 12 países– demuestra que la economía circular no es utopía: ya reduce 500 toneladas de plástico anuales mientras ahorra dinero a familias.
El secreto está en hacer del reciclaje un juego donde todos ganan. «Las empresas entendieron que ser verde no significa perder verde», comenta el creador. Con premios de la ONU y aliados como Unilever, el sistema prueba que el consumo responsable puede ser masivo… y rentable.
¿El verdadero impacto? Cambiar mentalidades. Hoy, abuelas en Santiago y ejecutivos en Londres compiten por devolver envases. Como demuestran casos como modelos escalables en Latinoamérica, se necesitan miles de clones, no seguidores.
El reto sigue vigente: transformar hábitos a nivel global sin que nadie sienta el esfuerzo. Porque como dice el lema del equipo: «El mejor residuo es el que nunca existió… pero si aparece, que valga dinero». ¿Listo para que tu basura se convierta en tu próxima compra?